A lo mejor sí estaban hechos para quererse, pero no por mucho tiempo.
No sé por qué pensé que esta vez sería diferente. Por qué realmente llegué a creer plenamente en que eras ese milagro, ese regalo del cielo por el que había deseado cada noche. Ahora sólo comienzo a plantearme si en realidad me querés o si lo que a vos te gusta es en realidad esa imagen ideal que te habías hecho de mí. Esa imagen de alguien especial, que destacaba del resto, que era alguien incomprendido que necesitaba de alguien que lo entendiera, pero era un reto hacerlo. Y vos creías que podías. Vos podías. Pero cómo ibas a poder hacerlo si cada vez que te necesitaba te enojabas porque a mí me cuesta hablar y sólo procedías a ignorarme. Si aún viéndome y sabiendo que necesitaba a alguien no hacías más que seguir con tus cosas. También teniendo en cuenta el hecho de que si alguien más, si ella te daba las mismas respuestas que yo eras incluso más amable. Pero me querías a mí, no a ella. ¿Cómo eso podía ser? Todo este tiempo sólo he querido a alguien que supiera comprenderme, eso sí es verdad. Y no considero que sea algo realmente fácil porque a veces a mí misma me frustra el sólo intentarlo y no lograrlo. Pero tampoco es tan difícil, creo. No pido realmente mucho. Sólo a alguien que se preocupe siempre por mí. Que esté para mí siempre, en los buenos y en los malos momentos. Alguien que realmente quiera y esté dispuesto a hacerme feliz. Alguien que me quiera. Sólo un poco de amor verdadero, sólo eso es en realidad. Quizá sea culpa mía por no poder entender las distintas maneras que tienen las personas para amar. O tal vez es que no soy una persona fácil para hacerlo. Y a veces llego a pensar si realmente algún día en mi vida llegará alguna persona que cumplirá con todas las cosas que los demás dijeron que harían pero nunca lo hicieron. Quisiera que esa persona fueses vos, en verdad. Pero en este momento ya no estoy tan segura de ese hecho. 0:14 |