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A lo mejor sí estaban hechos para quererse, pero no por mucho tiempo.
Quiero ver sangre. Quiero ver mi brazo teñido con franjas rojas que sé que no se curarán mañana. Y entonces ya nada más va a importar, ni nada más va a sentirse tan mal. Porque ni siquiera voy a tener que sentir. No voy a tener que despertar escuchando a mi hermano llorar porque su novia odia su vida y a todos ni a mi madre quejarse de lo miserable que es su vida gracias a todos nosotros y que estaría mucho mejor si nadie estuviera con ella. Sólo quiero alejarme. Quiero estar lejos de cada persona en este patético e hipócrita mundo. Encontrarme sola entre los destierros de mi soledad y ser nada más que yo, y que eso esté bien para mí. Porque no necesito a alguien que me diga qué puedo hacer y que no, ni alguien que se preocupe por mí sólo de a ratos. No necesito estar pendiente de personas en las cuales no sumo ni resto en sus vidas. No necesito a nadie más que a mí. E incluso aunque sea tan infeliz, aunque me sienta tan miserable e innecesaria en este trágico mundo, no puedo evitar querer sobrevivir. Quiero vivir. Quiero sangrar. Quiero sentir que estoy en el borde del mundo y que la adrenalina fluye por mi cuerpo. Tan sólo quiero creer que al final del horizonte hay algo esperándome cada día, y que con cada paso que doy estoy un poquito más cerca de encontrármelo. Un Gran Quizá. Eso es lo que quiero. Que por fin todos estos años de monotonía y depresión no hayan sido tan en vano y aparezca algo que me salve por completo. Como en las películas y libros. Quiero creer que hay algo más allá, algo que nos está observando en el cielo. Quiero creer que para cada uno hay una estrella que nos cuida y sueña con el día de por encontrarse con nosotros. Porque yo sueño con ella, sueño cada noche de mi vida conque por fin llegará el día en que la tendré frente a mí y todo en este aburrido mundo cobrará sentido de una vez. Solamente me gustaría poder volver a creer que si uno realmente desea algo, el Universo puede hacerlo real. Que quizá los cuentos de hadas no sean tan mentira como los adultos lo ven, y que los milagros pueden aparecer cuando menos te lo esperas. Sólo un poco de magia. Eso es lo que quiero. Algo que me haga volver a tener esperanza en que este mundo no es tan malo como las personas me quieren hacer verlo. Que los atardeceres son algo mucho más que un color que te quitan trozos de a poquito. Y que las noches de insomnio guardan algo más que los secretos y verdades que no quiero que nadie sepa, pero ruego porque alguien las descubra. 
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