A lo mejor sí estaban hechos para quererse, pero no por mucho tiempo.
Nuestra historia.
En esas noches que son tan profundas cuál agujero negro y tan infinitas como la galaxia misma, en esas noches cuando no puedes conciliar el sueño y te invaden cientos de dudas y preguntas; “¿Qué hubiera pasado si…?”, “Y si quizá…”. En esas mismas noches, me siento al lado de mi ventana y la abro de par en par, contemplando cada luz de la calle y cada ruido que normalmente resulta insoportable. Cierro mis ojos con paz y exhalo profundamente el aroma a madrugada, el olor que producen todas las almas solitarias que se encuentran vagando sin rumbo por las desoladas calles.
Podríamos estar contando estrellas… me digo a mí mismo. Admirar cada historia que ellas tienen para nosotros, e incluso tomar el atrevimiento de relatarles la nuestra pero, eso no es posible ¿verdad? Aun así creo que a las estrellas les gustaría escuchar nuestra historia, así deba contarla por mí mismo y exponer sólo mis pensamientos.
Aunque  la noche tenga la mismas horas que el día, resulta mucho más extensa. Y es porque no hay nada más torturador que despertar a media madrugada, cuando aún falta mucho para que amanezca y sabes que no podrás dormir porque los mismos pensamientos que te obligaron a despertar te lo impedirán.
A veces, en esas noches cuando sé que mis pensamientos no me dejarán descansar por lo que resta de oscuridad, me pregunto qué conversación llevaríamos acabo si estuvieras conmigo ahí mismo. ¿Hablaríamos sobre música, libros, películas? ¿O debatiríamos acerca de cosas que en realidad no tienen fundamento? Y luego no puedo evitar pensar si estarás durmiendo, soñando algo muy lejano a mi figura; quizá siendo amado por alguien más o solitario en un rincón de tu habitación atormentado por las tinieblas de los sentimientos.
Apoyo mis brazos sobre el borde inferior de la ventana y suspiro para dejar escapar cada anhelo y verlo flotar entre las brisas que trae el enceguecedor viento. Allí mismo se percibe cada sueño no dado y el deseo de todas las cosas que podríamos estar haciendo. Vuelvo a cerrar mis ojos, ésta vez con más delicadeza. Recuesto mi cabeza sobre mis brazos, dejando que la luz de la luna ilumine mi rostro, como si así me cantara una canción de cuna o me dijera que no estoy solo, y sutilmente me susurro a mí mismo: Está bien, sólo una vez más. Pero todos los presentes sabemos que a la noche siguiente volverá a suceder.  Aun así, me miento sin engañarme, introduciéndome una vez más en lo que llaman mundo de los sueños, vida ideal e irreal. Nuestra historia.

Etiquetas: , ,

17:20

Credits
layout by inexplicable
background from tsumdere
icon from birdhaus
inspired by optica